Aquella mañana, el cielo estaba muy despejado.Miichan estaba desayunando con sus padres, de pronto se escuchó un ruido horrible y un resplandor atravesó el cielo.Era una luz muy blanca,deslumbrante.Cuando Miichan recobra el sentido, todo a su alrededor estaba oscuro.Todo estaba en silencio.Se acercaba un ruido en la oscuridad,se elevó una roja llamarada.¡Fuego!, gritó.
Miichan estaba atrapado bajo unas maderas.Al fin pudo salir arrastrándose, la madre lo abrazó con fuerza. De repente, Miichan se acordó de su padre y lo llamó varias veces. El padre estaba entre las llamas.El niño y su madre contemplaban las llamas.De pronto oyeron un ruido y vieron al padre entre el fuego,la madre corrió a salvarle, el padre estaba herido.Miichan y su madre le vendaron las heridas,como pudieron echaron a correr con toda la gente escapando del fuego.Algunos vagaban sin fuerzas, otros permanecían tirados en el suelo.Había montones de cuerpos,desesperados continuaron su huida pero la madre de Miichan desfallecia de cansancio.El cielo se oscureció y se oyeron truenos,comenzó a llover.Miichan y su madre, con el padre al hombro,corrían en silencio.Llegaron a una pequeña aldea y allí se refugiaron,llegaron los bomberos,los soldados..En una escuela construyeron un hospital,pero no tenían camas,médicos, ni material necesario para curar a los heridos.¿Qué habría pasado con la casa? Se preguntó Miichan.La madre y él regresaron a casa,no quedaba nada,ni árboles,ni casas..., sólo quedaba un inmenso campo abrasado.Una sóla bomba que explotó en un instante había acusado innumerables de muertos.
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